La Organización Mundial de la Salud advierte que la posibilidad de sufrir una trombosis durante un vieje en avión de más de 4 horas se duplica.
Es lo que se conoce como el síndrome de la clase turista, y es debido a que cada vez elegimos lugares de vacaciones más lejanos o viajes de negocios que nos obligan a permanecer sentados por más de cuatro horas en un avión. Si bien hay riesgo para todos, hay determinados sectores de población para los que el peligro es mayor, como son las embarazadas o personas que con anterioridad hayan sufrido problemas circulatorios o de varices.
Pese a ser un problema a tener en cuenta antes de embarcarse en un avión, no debe sin embargo ser un impedimento ya que se puede evitar siguiendo unos sencillos consejos, entre los que se encuentran:
- LLevar ropa y calzado cómodo durante el trayecto.
- Beber agua cada poco tiempo para evitar la deshidratación.
- Realizar pequeños círculos con los tobillos.
- Siempre que sea posible, intentar dar pequeños paseos.
Los síntomas de este síndrome de la clase turista suelen aparecer una vez terminado el viaje en forma de hinchazón, hormigueo o dolor, por lo tanto si pese seguir los consejos, nos encontramos mal, no debemos dudar en acudir al profesional sanitario más cercano.