La principal diferencia con el resto de los deportes es el lugar donde se practica; el agua. Esto nos hace sentir ingravidez, reduciendo las tensiones musculares que nos provoca la estresante vida diaria. Al mismo tiempo, el agua es casi novecientas veces más densa que el aire, por lo que cualquier desplazamiento es en si ya un buen ejercicio.
Otra gran diferencia es la postura ya que nadamos tumbados, lo que facilita la circulación sanguínea y además es de gran ayuda a las personas con problemas de tensión arterial al facilitar el retorno venoso desde las extremidades al corazón.
Podemos seguir marcando diferencias por la temperatura, tibia en invierno y refrescante en verano, lo que aumenta la sensación de comodidad y placer, favoreciendo la propiocepción (conciencia que adquirimos sobre nuestro cuerpo) y sintiendo músculos que hasta ahora no teníamos conocimiento de ellos por no haberlos ejercitado nunca. Según muchos psicólogos, hay que destacar que la sensación de placer que proporciona la agradable temperatura del agua (aparte de relajar la musculatura) es de gran ayuda para la comunicación de las personas con problemas de motivación, baja autoestima, depresión, etc.
Al trabajar todo el cuerpo, prácticamente no hay un grupo muscular que no se utilice practicando la natación. Desde el cuello a los tobillos y por supuesto los hombros, todo se mueve y además se mueve a la vez, de forma simétrica, trabajando ambas mitades del cuerpo y desarrollándolas por igual a diferencia de otros deportes ( tenis, golf...).
El carácter aeróbico de su práctica mejora la respiración y cualquiera puede mantener un nivel de trabajo aeróbico durante una hora, algunos evidentemente con más intensidad que otros, pero incluso personas con patologías cardiacas pueden practicar natación de forma suave ya que al no tener impacto sobre el suelo y en ausencia de gravedad, la exigencia cardiaca es mucho menor aunque siempre recomendamos que sean dirigidos por personal cualificado. Si esto lo comparamos con la dificultad que provoca mantener corriendo un nivel aeróbico durante una hora concluimos afirmando que es relativamente fácil practicar la natación.
Este carácter aeróbico ligero de la natación repercute directamente en el corazón, haciéndolo más grande y más fuerte.
No hay ni tensiones ni golpes en las articulaciones, indicado para cualquier persona pero en especial a los que tiene problemas de osteoporosis y artrosis. Al desarrollar la musculatura con ligera tensión, ayuda al fortalecimiento reduciendo considerablemente los riesgos de lesión en estas personas y mejorando su sintomatología ya que fortalecemos la musculatura sin impacto.
El trabajo que se realiza con las piernas mientras se nada es una acción continua y ligera, sin golpes y sin aplicar demasiada fuerza, realmente es el trabajo ideal para estos grandes grupos musculares y muy indicado para fortalecer el tren inferior después de una lesión e incluso para comenzar a caminar precozmente en lesiones del tipo fracturas o tendinitis que requieren no apoyar durante un tiempo, pero en el agua, al disminuir considerablemente el peso de la persona(dependiendo de la profundidad de la piscina), podemos apoyar mucha más rápido que fuera de ella y recuperar antes nuestra lesión.
Aunque es un deporte claramente individual, su aplicación recreativa conlleva a la socialización por la cercanía del compañero/a, ya sea en la pared descansando o con trabajos específicos para este objetivo que el monitor aplique.
La natación es una excelente opción de ejercicio físico para la mujer embarazada por numerosos factores. Uno de ellos es la disminución del peso dentro del agua. De esta manera logramos que la embarazada se mantenga activa, logramos que realice un trabajo aeróbico para evitar el aumento de peso superior a lo aconsejado. La natación hace trabajar prácticamente todos sus músculos, pero sin exponerla a un gran esfuerzo, gracias al aligeramiento del peso dentro del agua y ayuda a evitar la inflamación de miembros inferiores por la mejora del retorno venoso que se obtiene en posición horizontal.
Aunque de forma general cualquier deporte aeróbico favorece los síntomas adversos del asma, todos sabemos que algunos factores como un excesivo calor o sequedad del ambiente pueden provocar crisis respiratorias, en el caso de la natación, la humedad y el ambiente siempre tibio ayuda mucho al control de estas crisis a los practicantes asmáticos.
Cuando nos encontramos adultos o personas mayores con problemas de espalda, en la mayoría de las ocasiones es el único deporte que pueden practicar ya que la presión sobre su columna es mucho menor y no solo no le va a provocar mas dolores sin no que además le ayudara mucho a curar o a rebajar los síntomas de su lesión pero siempre guiados por personal cualificado ya que no todos los estilos están recomendados para todas las patologías y podemos agravar nuestros síntomas e incluso. empeorar nuestras patologías( por ejemplo nadar a braza con hernias cervicales está totalmente contraindicado). La natación específica para la espalda hace casi milagros en muchos casos, sobre todo por el aumento de la masa muscular y de la elasticidad de las articulaciones.
Por todo esto sólo podemos decir que la natación aporta innumerables beneficios pero siempre teniendo en cuenta que, sobre todo al principio, debemos dejarnos aconsejar y dirigir por personal cualificado que sepa adaptar nuestros ejercicios en piscina a las dolencias o lesiones que padezcamos.